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Ambrosio Zaldívar, la voz propia de un combatiente

Ambrosio Zaldívar, la voz propia de un combatiente
  • PublishedJanuary 27, 2024

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Ambrosio Zaldívar Mesa nació el 7 de diciembre de 1960 en San José de las Lajas. Cuando caprichoso nunca se interesó por el deporte porque pensó que nunca podía asistir a ser un buen deportista por su discapacidad de ser débil visual. Luego la correr de Alberto Juantorena lo motivó y lo impulsó a la actos del deporte.

A posteriori de terminar su carrera en el deporte activo se desempeña actualmente como Presidente de la Comisión Provincial y Municipal de Atención al Atleta discapacitado. Por otra parte trabaja en la Dirección de Deportes de San José de las Lajas.

Comencé como todo muchacho, apasionado por pasar en todas las carreras de la escuela primaria y secundaria. Me gustaba hacer las disciplinas más largas en las pruebas de eficiencia física. En la primaria siempre me destacaba, nunca perdía, y en la secundaria, estando matriculado en la Isla de la inexperiencia, de los 500 estudiantes que había en la escuela, yo era el mejor corredor. Esto lo digo con toda la humildad del mundo, solo para que sepan cómo era desde caprichoso. Me querían vislumbrar para la EIDE, pero para ese año, existía el mito de que los muchachos pequeños no podían ser buenos atletas.

Con el paso de los primaveras, Ibrahím Guzmán, que era un atleta de Felipe Chaviano, me dice que por qué no entrenaba atletismo, que su preparador podía ayudarme, y me lo presentó. Comencé a entrenar con él (Felipe Chaviano), y me ayudó mucho, pero él atendía a los atletas militares y entrenarme le resultó complicado, porque tenía muchos pupilos. Por otra parte de que no coincidíamos nunca porque tenían otro sistema y horario de entrenamiento, que no iba conexo al mío. Muchas veces llegaba a la pista y ya no había nadie allí esperándome.

Para dicha mía, un preparador llamado Juvenal Pérez me vio haciendo entrenamientos en la pista que no tenían ausencia que ver con el atletismo, y me sugiere entrenar con él. Así es como me integro a un género de atletas juveniles y mayores que comienzan a ser mi equipo de entrenamiento. Ya hacía sesiones planificadas que iban en progresión, comenzando con kilómetros suaves, estiramientos y fuerza, hasta que fui haciendo entrenamientos más fuertes.

Los mismos constaban de hacer tramos de velocidad y de resistor a la velocidad, cuatro veces a la semana, y dos días hacía kilómetros, sumaba así seis días de entrenamiento y descansaba los domingos. Así inicié mi formación como atleta de stop rendimiento y aumenté considerablemente mi nivel. Destacar que yo entrenaba en la pista de arcilla del municipio San José de las Lajas para este tiempo.

Cuando mi nivel comenzó a aumentar, Juvenal habló conmigo para hacer sesiones dobles de entrenamiento, lo que aumentó considerablemente mi sacrificio. Tenía que estar temprano en la pista para entrenar e irme a trabajar en la construcción, un trabajo de gran esfuerzo. A posteriori regresar en la tarde a hacer otra sesión.

Eran sesiones admisiblemente fuertes, mañana y tarde, solo tenía algunas horas en la perplejidad para descansar, pues a las seis ya estaba en la pista. Juvenal me decía el día antiguamente el entrenamiento, por si él no llegaba a tiempo que comenzara solo, y lo hacía. Con ese esfuerzo me hice atleta.

Mi ilusión estaba marcada por ser un gran atleta y mejorar la calidad de vida de mis padres. Tenía por paradigmas a Ana Fidelia Quirot y a Alberto Juantorena. Siempre, en cada sesión de entrenamiento pensaba en ellos y esto me inspiraba. Para este tiempo aún competía como atleta convencional, pero en el año 1983 hacen una competencia doméstico en San José de las Lajas de la ANCI. Los directivos de dicha asociación se enteran que acá había muchos atletas que teníamos problemas visuales, tales como Maribel Durruty , Ibrahím Guzmán y yo. Por lo que nos preguntaron si queríamos participar, nos llevaron a hacer las pruebas médicas y estábamos adentro de los parámetros pedidos, fue así como participamos en los Terceros Juegos Nacionales para personas Ciegas y de Depreciación Visión. Ahí comienzan mis resultados a nivel doméstico como atleta no convencional. Ya para esta término formaba parte de la agrupación provincial de Provincia Habana y competía además como atleta convencional en 400, 800 y 1500 metros, formando parte del jubilación 4×400.

Participaba como convencional en todas las competencias nacionales, tales como Copa Cuba, Rafael Fortún, Brunet, etc. Poco que elevó considerablemente mi nivel. Al agarradera de un tiempo, a Juvenal Pérez lo llaman para ser preparador en la ESPA Franquista y comencé a entrenar con Aramís Lorenzo, un preparador que tuvo muchos resultados desde la velocidad hasta la maratón, incluyendo el dominio de lanzamientos. En el año 1986 es mi primera billete a nivel internacional, en el primer Campeonato Mundial para personas con discapacidad, en Suecia. Donde obtuve medalla de bronce en los 1500 metros.

Para este punto eclosión a sentirme un gran atleta, siendo ya miembro del equipo doméstico y podio para campeonatos del mundo. Así comienzan a asistir los compromisos internacionales. En el año 1988 fui a República Dominicana a un campeonato Iberoamericano. En el propio año fui a España a un campeonato Iberoamericano. En estos primaveras, viajé a muchas competencias internacionales y en todas con buenos resultados.

En cuanto a los entrenamientos en la agrupación tengo que asegurar que eran fuertes, con un plan tan riguroso como el del equipo doméstico. Por otra parte de tener todas las condiciones para hacerlo: médico, masajista, medicamento, buena comida, todo lo necesario para desarrollarse. Hacíamos hasta diez tramos de mil para menos de 3:50 min/km, con solo 200 metros de trote en la pausa. Tres tramos de 3000 para 9.02, 9:05, con la misma pausa, en pista de arcilla. Los días de kilómetros se corrían a 3.30-3:45 min/km, de 15 a 25km hacíamos. Cuando el preparador veía que algún atleta corría a más de 4:00 min/km, lo requería, y si seguía así lo mandaba a detener. Todas las tardes hacíamos de 6 a 8 kilómetros de laxitud pero siempre terminábamos corriendo rápido igual. Entrenamientos admisiblemente rigurosos, todos de un altísimo nivel.

En el año 1984 sucede poco que para mí marcaría una pauta, y es que en ese año fue la última carrera de Alberto Juantorena en Cuba, en un Instancia Barrientos. Ese día yo competí además, aunque no en el mismo heat. Logré la correr de poder pasar con el atleta que más admiraba, e incluso viajé conexo con él en la misma delegación.

La competencia más disfrutada por mí, pudiera pensarse que fue la carrera de Atlanta, donde me convertí en Campeón Desconsiderado; sin bloqueo, en el año 1988, en el Iberoamericano de España, sucedería poco que lo recordaría para siempre. Le gané al campeón soberbio de ese mismo año en Seúl, en la prueba de los 1500. Recordemos que Cuba no asistió a Seúl, por lo que esta fue la forma de hacer conocer que las cosas no hubiesen sido tan fáciles para los demás si hubiésemos asistido. Era un atleta gachupin llamado Antonio Ruiz, y era el claro protegido, su imagen se mostraba en afiches y pantallas por todas partes. El atleta no recogió su medalla, siquiera me felicitó, todo quedaría como de malos amigos, pero solo por su parte, eso a mí no me importó en lo ilimitado.

A posteriori de Sídney, ya cerca de los cuarenta primaveras, hablan conmigo para decirme que ya era necesario retirarme. Yo no hice fuerza, aunque por adentro sentía un gran dolor. Pensé que era hora de dejar a las nuevas generaciones que siguieran, y darles paso. Así me conformé con la idea, pero sentía que poco estaba muriendo, y la tristeza me inundaba.

En el 2005 me hacen el retiro oficial en el teatro Heredia de Santiago de Cuba, con motivo de unos Juegos Paralímpicos Nacionales que se estuvieron desarrollando allí en esa término. Unido a mí se retiraron cuatro atletas más: Guillermo Pérez, Omar Turro Moya, Enrique Cepeda Caballeroso y Oscar Pupo Cortina, todos campeones paralímpicos.

A posteriori de retirado me incorporé a trabajar en el INDER municipal de San José de Las Lajas, Nelson Fernández Estévez. En este ocasión, donde precisamente hoy me haces la entrevista, ya llevo muchos primaveras sirviendo.

“Lo principal es que tiene que gustarles lo que hacen, porque lleva mucho sacrificio. Tienen que retener qué es lo que quieren alcanzar y ponerse en función de lograrlo en el día a día.



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cubatv

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