El Santa Fe Surf Club está festejando sus dos primaveras de creado y quiere impulsar el mejora de este deporte acuoso en Cuba.

“Queremos promocionar el surf para que los niños cubanos comiencen a realizar este tipo de deporte. La idea es que llegue a todos y se desarrolle además en nuestro país”, dijo uno de los surfistas fundadores del club, en entrevista a la Televisión Doméstico.

Entre los principales obstáculos para el mejora del surf en Cuba está la carencia de implementos. Es muy costoso conseguir tablas, quillas, antideslizantes, parafina y otros artículos imprescindibles para la praxis.

El Instituto Doméstico de Deportes, Educación Física y Pasatiempo (INDER) ha dicho que prestará atención a los atletas, pero el apoyo no se hace notar.

Hasta 2021, la policía sacaba a los surfistas de las playas, les prohibía entrar al mar y los deportistas no podían representar a Cuba en eventos internacionales.

Actualmente el movimiento de personas amantes del surf en Cuba ha crecido. Los surfistas de la isla están pidiendo al INDER, una vez más, que se visibilice las oportunidades de practicar este deporte en las playas del país.

“El surf es una pasión, es para vivirlo”, dice uno de los miembros del Santa Fe Surf Club en La Habana, que celebra este año su segundo aniversario.

No todas las playas cubanas son propicias para practicar surf y siquiera se encuentran buenas olas en todas las estaciones del año. Es un deporte que está muy relacionado con el clima. Exige educarse sobre las mareas y el respeto a los límites que impone la naturaleza a los seres humanos.

El camino del surf en Cuba ha estado realizado de desafíos. Los pioneros de este deporte en la isla solían construir sus propias tablas con capital limitados, a menudo reciclando materiales disponibles y adaptando técnicas artesanales para exceder el cerco al ataque de equipos modernos.

El gratitud institucional ha sido esquivo y hasta hace poco tiempo, la praxis del surf era clarividencia con sospecha por las autoridades, quienes no veían en él una actividad deportiva legítima. Sin retención, el espíritu aprovechado de los surfistas cubanos ha contribuido a la creación de una comunidad que defiende su derecho a montar las olas como una forma de expresión y conexión con el mar.

El Santa Fe Surf Club, en su empeño por popularizar este deporte, se enfrenta al desafío de cambiar perspectivas, obtener apoyo y construir un futuro para el surf en la Cuba coetáneo, donde la Costa Meta, en particular, ofrece olas de calidad durante la temporada invernal.