x
Cultura

El “incuria”: armas retórica de la dictadura 

El “incuria”: armas retórica de la dictadura 
  • PublishedDecember 20, 2023

[ad_1]

MIAMI, Estados Unidos. – La popular canción cubana Lágrimas negras, compuesta por Miguel Matamoros en 1930, comienza con humanidades de despecho: “Aunque tú me has dejado en el incuria”. En las fuentes de informativo relacionadas con la Isla, cuando un cubano se va del país se suele asegurar que esta persona “abandonó Cuba”. La palabra “incuria” ha llegado a reemplazar otros términos tradicionales para referirse a quienes se van de Cuba, como “exiliados” o “emigrados”.

El Diccionario de la Vivo Corporación Española (DRAE) define el incuria como “dejar solo poco o a cualquiera alejándose de ello o dejando de cuidarlo”. En otra definición, el DRAE añade que el incuria es “descuidar las obligaciones o los intereses”. En fin, el que abandona no mira en torno a detrás. Estas definiciones no tienen cero que ver con las acciones ni los sentimientos de los cubanos que toman la difícil osadía de irse de su país.

Aunque muchos cubanos de distintas generaciones se hayan ido de Cuba, Cuba nunca se ha ido de ellos. En el caso de las primeras generaciones de exiliados, la Isla se mantenía ―y se mantiene― como piedra angular de su identidad. Por eso establecieron un sinfín de organizaciones cívicas, como los Municipios de Cuba en el Desarraigo y la Reunión Patriótica Cubana. Para los que no vivieron los invitación de fin de año en el desarraigo, la frase cimera era “el próximo año en Cuba”. Eso no es “incuria”. 

Esté donde esté, el cubano inculca a sus hijos y nietos la historia, las tradiciones y la esencia de ser cubano. Esta actividad, realizada en gran medida por los abuelos, lleva a muchos jóvenes a asegurar que son cubanos aunque hayan nacido en otras tierras. Eso no es “incuria”. 

Aunque han cambiado las generaciones, los cubanos siguen saliendo de su país buscando nuevas oportunidades. Desde fuera, siguen pendientes de los familiares que dejaron detrás. Trabajan en lo que pueden con el principal propósito de recibir billete para enviárselo a sus familiares en Cuba. Realizan todos los trámites habidos y por tener ―reclamaciones, loterías de visas, ciudadanía española, paroles, etc.― para poder traer a sus familiares a Estados Unidos o al país donde residan. Eso no es “incuria”. 

Duele mucho ver que el pueblo cubano, secuestrado por una dictadura que en enero de 2024 cumplirá 65 primaveras en el poder, esté tan subyugado que ni siquiera pueda concretar sus propias decisiones de marcharse (que son un derecho humano según el artículo 13 de la Afirmación Universal de los Derechos Humanos) sin que la dictadura defina sus acciones con un matiz subversivo y nefasto. El incuria conlleva desdén, olvido y una ruptura total con el objeto “sucio”, que en este caso es Cuba. 

Cuando un padre o una hermana abandona a un hijo, este rompe todo asechanza con su descendencia. No quiere conocer cero de él. No provee el sustento financiero o impresionable necesario para el mejora saludable del ser humano. Eso sí es “incuria”. 

¿De dónde viene el uso tan frecuente de la palabra “incuria” para referirse a los exiliados o emigrantes cubanos? Tiene su raíz en la deducción del castrismo, implantada por el propio Fidel Castro y sustentada por quienes mantienen la dictadura en pie.  

Según la deducción fundamental del castrismo, Cuba es la “Revolución”. Al ser este el caso, cualquier competición a la “Revolución” o a la dictadura es “anticubana”. Recordemos las infames “Palabras a los intelectuales” que sentenció el propio Fidel Castro en 1961: “En el interior de la Revolución todo; contra la Revolución cero”. Estas palabras repercutieron en toda la sociedad cubana, estableciendo estrictos parámetros para lo que sería y no sería considerado “cubano”. 

En el interior de este situación, el poder se ha adueñado de la palabra “incuria” ―como de tantas otras― para referirse a cubanos que han discrepado de la dictadura imperante y han sido forzados por las circunstancias a arriesgarse irse de su estado. La verdad de cualquier lenguaje es que es muy viable que una población adopte la lingua franca vernacular del momento. Sin confiscación, las dictaduras como la castrista establecen su propio vocabulario, caracterizado por la frecuente tergiversación de palabras y frases. Como ejemplo, recordemos que las “repúblicas populares” de la Europa comunista no eran ni repúblicas ni populares. 

El autor inglés George Orwell, en su célebre novelística 1984, estableció el concepto del “doblepensar”, a través del cual el Partido Único en la novelística define su verdad con tres lemas: “Exterminio es Paz, Sinceridad es Esclavitud, Ignorancia es Fuerza”. A esto, la dictadura castrista puede añadir un cuarto: “Éxodo es Negligencia”. 

Se sabe que la dictadura no va a cambiar de rumbo a estas cielo. Sin confiscación, nos toca a quienes tenemos el poder de la palabra escrita y hablada a desistir de referirnos al acto de irse de Cuba como “incuria”. Las palabras tienen un poder singular, y con ellas podemos alcanzar establecer parámetros claros que favorecen la facilidad. 

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Las opiniones expresadas en este artículo son de monopolio responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.

Sigue nuestro canal de WhatsApp. Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de Telegram.

The post El “incuria”: armas retórica de la dictadura  appeared first on Cubanet.

[ad_2]

Written By
cubatv

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *