QUERÉTARO, México.- Este domingo, los chilenos rechazaron mediante un plebiscito una nueva Constitución que sustituiría la carta magna válido, poniendo fin al proceso de cuatro abriles para reemplazarla.

Más del 55% de los votantes rechazaron el texto propuesto, con el 90% de los votos escrutados. Los medios de comunicación locales y los partidos políticos de los dos bandos pronunciaron discursos reconociendo los resultados.

Es la segunda vez en 16 meses que Pimiento rechaza un plan de Constitución -el susodicho fue redactado por la izquierda-, lo que demuestra lo dividida que sigue la nación sobre el conjunto de normas y principios que deben regir el país.

Ese debate comenzó en 2019 a posteriori de que enormes protestas provocaran un referéndum doméstico en el que cuatro de cada cinco chilenos votaron a amparo de desechar la Constitución, una interpretación modificada del texto de 1980 prohijado por el gobierno del universal Honorable Pinochet.

Ahora, tras no alcanzar a un acuerdo sobre un nuevo texto, es probable que la nación siga delante con la Constitución coetáneo, que tanta concurrencia había votado para sustituir.

La asamblea propuso el año pasado una constitución que habría ampliado el derecho al fracaso, otorgado más soberanía a los grupos indígenas y consagrado un número récord de derechos, entre ellos a la vivienda, el ataque a Internet, el espacio noble y la atención “desde el partida hasta la crimen”.

A posteriori de que el 62% de las papeletas rechazaran ese texto, los votantes eligieron a los conservadores para controlar una nueva asamblea constituyente. Ese conjunto creó una propuesta que habría otorgado al sector privado un papel destacado en áreas como la sanidad, la educación y la seguridad social.

El nuevo texto constitucional investigación reemplazar a la Constitución Política de Pimiento promulgada en 1980.

El plan de Constitución que voyaron los chilenos cuenta con 388 artículos organizados en 11 capítulos.

En su primer artículo, parte de los principios y disposiciones generales, se establece que “Pimiento es un Estado social y tolerante de derecho. Es plurinacional, intercultural, regional y ecológico”.

Asimismo, se establece que el país “se constituye como una república solidaria”. “Su democracia (de Pimiento) es inclusiva y paritaria. Reconoce como títulos intrínsecos e irrenunciables la dignidad, la desenvolvimiento, la igualdad sustantiva de los seres humanos y su relación indisoluble con la naturaleza”.

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