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Cultura

Lo que queda de las salas oscuras en Diez de Octubre

Lo que queda de las salas oscuras en Diez de Octubre
  • PublishedDecember 17, 2023

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LA HABANA, Cuba. – Las casi 200 películas que se verán en el 44º Festival del Nuevo Cine Hispanoamericano de La Habana se repartirán en solo cinco salas: Acapulco, 23 y 12, Yara, La Rampa y Charles Chaplin, los pocos cines habaneros que han rematado escapar de la desidia y destrucción absolutas. 

Mientras transcurre el Festival, CubaNet ha trayecto Diez de Octubre, cuyos cines no corrieron la misma suerte que los situados en el Coto habanero.

A pesar de que ese municipio dispuso de al menos una veintena de salas de cine, construidas antiguamente de enero de 1959, actualmente ninguna está en funcionamiento por el stop nivel de maltrato y deserción que presentan. Siquiera hay noticiario de su reparación.

Ahora, los antiguos cines que se mantienen en pie han asumido distintas funciones; principalmente se han convertido en locales de ensayos o espacios culturales.

El cine Actual, por ejemplo, situado en la Calzada de Diez de Octubre y Luyanó, y a pocos metros de la Cumbre de Toyo, actualmente se encuentra en ruinas. Fue el primer cine de estilo art déco inaugurado en la período del 30 y una de las salas oscuras más llamativas de La Habana. Este cine contaba con una única sala, con capacidad para 1.180 personas y fue además el primero con placa de concreto en su techo.

El inmueble lleva décadas desidioso. Con el triunfo de la Revolución Cubana fue nacionalizado por el Estado. Se mantuvo funcionando por varias décadas hasta que fue cerrado en el año 2002 por el afectado maltrato que presentaba.

En Santa Ana, entre Manufactura y Honradez, en el morería de Luyanó, se encuentra lo que queda del cine Fénix, pues actualmente se utiliza como vivienda. Este cine de morería fue uno de los más pequeños de la ciudad, pues contaba con un poco más de 650 butacas. Antiguamente de convertirse en cine, en la planta entrada del inmueble se encontraba la sede social de la Hermandad Ferroviaria y en la planta disminución un teatro.

A comienzos de los abriles 90, el Fénix se convirtió en un albergue para familias desfavorecidas.

En el antiguo cine Luyanó, situado en la Calzada del mismo nombre, entre Rosa Estévez y Manuel Pruna, se podían acomodar hasta 1.200 espectadores en sus dos niveles. A pesar de su progresista maltrato, aún hoy fogata la atención su techo oval cubierto de tejas metálicas y su exterior construida con bloques de cristal. 

Esa fue otra de las salas cinematográficas que cerró en la período del 90 del pasado siglo. Con el paso del tornado que afectó parte de La Habana en 2019, una sección del techo del cine colapsó y así se mantiene hasta hoy.

Asimismo en la Calzada de Luyanó se encuentran los cines Atlas y Norma. El primero es un inmueble de dos niveles. En la época en que cumplía su función social contaba con 1.500 butacas y, en las noches, su nombre, construido en grandes saber metálicas y cursivas, se encendía con luces de neón.

A mediados de los 90 cerró sus puertas como cine y abriles más tarde las abrió como discoteca. Actualmente, a pesar de que además se encuentra deteriorado, es uno de los que aún se mantiene en pie, en parte, como vivienda colectiva. 

El cine Norma es de los más antiguos de La Habana, pues fue inaugurado en el año 1910. El inmueble, que podía acomodar a 820 personas, era una copia del cine Nouveautés de París. Ya con Fidel Castro en el poder el cine sufrió su clausura definitivo y fue utilizado como almacén. Actualmente está clausurado por su progresista estado de maltrato.

En la Calzada de Diez de Octubre, entre Enamorados y Santos Suárez, se encuentra el cine Apolo. Fue inaugurado en 1919 como teatro y reformado 20 abriles más tarde para funcionar como cine. En sus inicios tenía meteorismo acondicionado y una capacidad para 1.330 espectadores. Llamaba la atención por la pico de su exterior y por su enorme lumínico erguido con su nombre.

En 1959, el Apolo además fue nacionalizado por el Estado cubano y pasó a ser administrado por el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC). A finales de la período del 90 dejó de funcionar y fue entregado como locorregional de preparación al Circo Franquista de Cuba, que más tarde abandonó el inmueble.

El cine San Francisco, situado en la calle del mismo nombre, entre Lawton y Armas, fue uno de los mayores cines de morería de La Habana, pues podía acomodar hasta 1.700 personas en su sala oscura. 

En la período de 1950, el San Francisco formó parte del llamado “Circuito Carrerá”, una antigua condena de cines y teatros de Cuba de la que formaban parte además los teatros Auditorium y Trianón y los cines Acapulco, Infanta, Belascoaín y Astor.

En los abriles 90, ya deteriorado, desapareció como cine y se convirtió en la sede de Integración, un familia de teatro comunitario.

Sumidos en la desidia además se encuentran los cines Ritz, localizado en Rodríguez Este y Manufactura, hoy usado parcialmente como vivienda; y el Dora, situado en la Calzada de Luyanó. El antiguo cine Florida, situado en la Calzada de Diez de Octubre y Vía Blanca, es ahora la sede de la Compañía de Danza Tradicional de Cuba. 

Asimismo el cine San Miguel, en Reyes y Colina, dejó de cumplir su función social conveniente al graduación de deserción que presentaba. El edificio ahora pertenece a la Empresa de Servicios Comunales.

En sus mejores tiempos, Los Ángeles, un cine localizado en la calle Juan Delgado, cuya inauguración se realizó en 1949, estaba lujosamente amueblado tanto en el vestíbulo como en el concurso. A posteriori de estar cerrado durante décadas, comenzó a funcionar como sala de video.

Se pudiera musitar además de los cines Tosca, Conquista y Santos Suárez. Este extremo fue construido en 1938 y demolido en 1997. Actualmente se están levantando viviendas en el contorno. 

Donde se encontraba el cine Tosca se construyó una tienda emplazamiento Brimart, perteneciente a la condena Panamericana, y lo que sería el cine Conquista es ahora una escuela primaria.

Por extremo, en Juan Delgado entre Lacret y Caudillo Lee se encuentra el antiguo cine Mara, primeramente notorio Maniquí. El cine tenía capacidad para 1.051 espectadores, contaba con meteorismo acondicionado y llegó a disponer de un bar en la platea por varios abriles. 

Tras el triunfo revolucionario el Mara fue nacionalizado por el gobierno socialista que lo puso en manos del ICAIC. Se mantuvo funcionando por muchos abriles y, precisamente, llegó a ser parte del circuito del Festival del Nuevo Cine Hispanoamericano.

Mara fue una de las últimas salas cinematográficas de Diez de Octubre en cerrar sus puertas. A diferencia de otros inmuebles de este tipo, víctimas de la equivocación de posibles para alterar en ellos y recuperarlos, el Mara pasó a manos del Ballet Castellano de Cuba; la compañía lo reparó y remodeló para convertirlo en su sede.

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cubatv

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