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Así fueron las últimas horas de Antonio Maceo

Así fueron las últimas horas de Antonio Maceo
  • PublishedDecember 7, 2023

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MIAMI, Estados Unidos. — El 7 de diciembre de 1896 se produjo la caída en combate en Punta Brava (La Habana) del decano normal Antonio Maceo y Grajales, una de las grandes figuras de las gestas libertadoras en Cuba.

No son pocos los apuntes sobre la homicidio de Maceo. Sin bloqueo, la historiografía oficial refleja la homicidio del Gigante de Bronce como una hecho más en el calendario franquista, sin ofrecer muchos más detalles sobre los que sucedió antaño, durante y posteriormente del trágico suceso.

Sobre los días que antecedieron a la homicidio de Maceo escribió el investigador cubano Raúl Aparicio Nogales: “Maceo ha caminado mucho y está fatigado. Tiene fiebre. Le duelen todas las heridas y los ordenanzas le friccionan las piernas para aliviarlo. Le contraría no encontrar los hombres y los caballos que esperaba a su presentación, pero sabe que con sobrevenir desencajado de Pinar del Río y estar en comarca habanero ha infligido una derrota a Weyler. Sube la fiebre y el normal Miró, que vela a su costado, lo ve agitarse en la hamaca y le audición frases incoherentes. En el amanecer cuenta a Miró su sueño. Le dice que vio a su padre, a su superiora y a todos sus hermanos muertos. Estaban a su costado y lo llamaban por su nombre. Le decían: Antonio, puntada ya de lucha, puntada ya de empíreo. Habló en un abrir y cerrar de ojos sobre Mariana, que iba ya para tres abriles de muerta, recordó a su hermano José y no ocultó su preocupación por la situación de su esposa, enferma y sin posibles en Costa Rica. Más tarde conversó con su médico. Diría el doctor (Mayor) Zertucha: Me dijo que tenía el presentimiento de que lo iban a matar. Es ya el amanecer del 6 de diciembre de 1896 y al punto que le quedan 24 horas de vida.”

Antonio Álvarez Pitaluga, profesor auxiliar del Sección de Historia de Cuba de la Universidad de La Habana, explica que la homicidio de Maceo “fue un hecho dudoso, del cual existen 47 versiones entre cubanos y españoles”.

En la mañana del lunes 7 de diciembre de 1896, fuerzas españolas —incluida la facción de Peral— al mando del comandante Francisco Cirujeda siguen el vestigio dejado por Maceo e invaden el campamento del Gigante de Bronce en las cercanías de Bauta.

Según apuntes historiográficos, las fuerzas cubanas son sorprendidas, pero logran reorganizarse y pasan a la ataque con Maceo al frente. Es allí cuando llega la tragedia. Tras sostener a Miró, patriarca de su Estado decano, que las acciones marchaban aceptablemente, arrecia el fuego enemigo y Maceo es apurado por un proyectil que le penetra por el costado derecho de la cara, cerca del mentón, y sale, con ruptura de la arteria carótida, por el costado izquierdo del cuello. Maceo muere casi al instante, y las balas enemigas además matan a su heroína. El cuerpo del lugarteniente normal quedó en el campo de batalla hasta que fue rescatado seguidamente por una columna encabezada por Juan Delgado.

La homicidio de Maceo generó un impacto devastador y desmoralizante en las tropas cubanas. El propio Dr. Zertucha nunca se recuperó del hecho y así lo certifica: “La homicidio del normal produjo en mí un estado de aplanamiento y confusión que trastornó por completo mi cerebro (…)”.

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cubatv

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