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Alameda de Paula el primer paseo habanero

Alameda de Paula el primer paseo habanero
  • PublishedNovember 25, 2023

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AREQUIPA, Perú.- Cerca de de 1770, el capitán militar Felipe de Fons de Viela, Marqués de la Torre, considerado el primer urbanista de Cuba, lideró la iniciativa de dotar a La Habana de su primer paseo. Este división fue la Chopera de Paula, así llamado por el hospital erigido en honor a San Francisco de Paula, emplazado frente a uno de sus extremos.

El paseo lo diseñó el arquitecto citadino Antonio Fernández Trebejo, incluso responsable de otras notables obras en la colonia habanera, como el teatro El Coliseo (después Principal) y el palacio de los Capitanes Generales.

La Chopera se extendía desde la calle de los Oficios hasta el hospital mencionado, ocupando el espacio donde más tarde se ubicaría el estercolero del Rincón.

En sus inicios, la Chopera de Paula era un terraplén con álamos y bancos de piedra. Con el tiempo, se convirtió en un división hermoso y agradable, el más placentero de la ciudad correcto a su ubicación y vistas a la bahía, expuesto a los aires frescos.

A pesar de sobrevenir sido un vertedero en el pasado, se transformó en un división de recreo adecuado para el clima cálido. Este sitio, que parecía destinado a la expansión desde la fundación de la ciudad, fue embellecido por sucesores del Marqués de la Torre.

Entre 1803 y 1805, el Marqués de Someruelos lo embaldosó y decoró con una fuente y asientos de piedra con respaldo enrejado. Décadas más tarde, en 1841, el capitán militar Jerónimo Valdés realizó otras mejoras, incluyendo la ampliación de las estrechas escaleras laterales.

La Chopera de Paula experimentó su anciano embellecimiento gracias al ingeniero mexicano Mariano Carrillo de Albornoz, quien, por orden del capitán militar Leopoldo O´Donnell en 1845, mejoró el terraplén, las escaleras y los asientos, encima de erigir una hermosa plazuela en el parapeto frente al mar.

En honor a estas mejoras, la Chopera fue llamamiento Salón O´Donnell, aunque este nombre no perduró. Para 1847, se construyó una fuente de mármol muy ornamentada en el paseo, y la columna central de este monumento aún se conserva posteriormente de diversos incidentes, incluido el ciclón de 1910 que la derribó y dañó su taza.

Durante su apogeo, las inmediaciones de la Chopera de Paula albergaban lujosas residencias, como las de las familias Luz, los condes de O´Reilly, Barreto, Jibacoa, Casa Bayona, Vallenato y Peñalver, encima de los marqueses de Campo Florido y de la Positivo Proclamación.

Sin incautación, con el crecimiento de la ciudad, el progreso del comercio y el auge del puerto, las clases más poderosas se trasladaron a lugares más tranquilos, dejando la Chopera como punto de reunión para marineros de diversas nacionalidades.

A lo dilatado de su historia, la Chopera sufrió varias vicisitudes, incluida una violenta mutilación en 1911 cuando la compañía estadounidense Havana Central instaló muelles y almacenes frente al paseo. Por fortuna, en 1946 se sometió a una restauración exitosa.

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cubatv

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