La conquista 8-0 de los futbolistas rusos en el partido amistoso frente a la selección cubana este lunes no ha sorprendido tanto como la reacción del participante cubano Fabian Gloor cuando pidió una camiseta de reminiscencia al equipo rival.

De acuerdo con el medio deportivo Marca, el asombro de los rusos “llegó cuando le pidieron a Fabian intercambiarla (la camiseta) y este dijo que no podía porque solo tienen una y son responsables de ella”.

Un video compartido por Marca muestra el momento en que un participante ruso le entrega la prenda de su selección a Gloor. Tras un ataque, el isleño señala su uniforme y le comenta con seña apenado: “No puedo darte esta porque en Cuba no tenemos suficiente ropa”.

Por otro banda, el intercambio entre la Isla y Rusia expuso el nivel de segregación, incluso en el deporte, que enfrenta este postrero tras el inicio de su invasión a Ucrania.

Un reporte de la agencia española EFE cita al medio Sports Express, el cual refiere al amistoso como un evento en que los rusos intentaron “mostrar a su pueblo que no hay ningún aislamiento y que tiene aliados”.

Desde su excepción de las competiciones internacionales en febrero de 2022, el equipo ruso dirigido por Valeri Karpin se ha enfrentado a pocas selecciones: Kenia, Irak, Irán, Camerún, Tayikistán, Catar y Uzbekistán.

“Es que casi nadie quiere retar con Rusia, un país denostado por la FIFA y la UEFA que se plantea competir en la Confederación Asiática de Fútbol”, indica la nota.

El partido se disputó en la ciudad de Volgogrado, antigua Stalingrado, un decorado que como el bisagra mismo, igualmente estuvo cargado de significado político al ser considerada uno de los símbolos de los Rojos contra la Alemania Fascista.

“Políticos son aquellos partidos cuyo resultado y calidad no tienen ninguna importancia. Se puede no marcar contra Tayikistán, no ganarle a Kenia e incluso valer de espaldas en presencia de Cuba, pero el principal objetivo ya se logró. Y el nombre de ese objetivo es simple: un partido internacional”, señala el columnista de Sports Express.

El equipo cubano, por su parte, llegó a Rusia sin el zapatilla pertinente y pasando “mucho frío” durante su visitante al demanda de Stalingrado, donde posaron en chándal. La situación provocó el asombro de la prensa específico y una avalancha de comentarios.

“Surgió el problema de las botas. Nosotros tenemos campos artificiales (…). Cuando llegamos a Rusia, entendimos que necesitábamos otro calzado para retar el partido”, dijo Miguel Arcángel Díaz, presidente técnico de las selecciones nacionales de la comisión cubana de fútbol.

Así pues, los cubanos tuvieron que comprar en Volgogrado botas con tacos para césped natural antiguamente de retar en el amistoso.

De acuerdo con el reporte, los rusos querían clamar la atención de la FIFA con el evento, demostrar que saben organizar partidos internacionales, son capaces de satisfacer estadios en diferentes ciudades, y están dispuestos “a retornar a la gran tribu del fútbol internacional”.

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